Ya podemos estar tranquilos. Cero preocupaciones. Tras seis años de fracasos en política económica creíble, ahora prometen resultados... a diez años vista. Respiremos hondo. Llega la Ley de Economía Sostenible; la panacea sin memoria económica. Dicho de otro modo, el mismo plato recalentado que sirve desde hace años cambiándole el nombre, que en eso sí se esmera Zapatero.
Lo que sí cambia es la sostenibilidad del país. Y es que después de que se hayan destruido casi dos millones de empleos y de haber gastado más de cincuenta mil millones de euros en medidas discrecionales que no han servido para nada, cada minuto que pasa, casi 5 personas más van al paro. Suma y sigue.
Y Zapatero de despropósito en despropósito, prohibiendo los crucifijos en los centros escolares. Una nueva muestra de intolerancia y autoritarismo. Lo diremos bajito, no vaya a ser que quieran cortarnos Internet. Un 30% nos quiere volver a subir la luz en cuatro años y con una posición en renovables que desmiente lo que predica. Mientras todo esto ocurre, el presidente del Talante, el PSOE del humo y del titular, rechaza 121 medidas concretas del PP para salir de la crisis.
En el Senado la semana también ha sido intensa. Resumimos. Hemos logrado sacar adelante una moción para analizar la gran diferencia en la cadena de precios entre agricultores y consumidores; hemos reclamado al Gobierno ayudas directas para los agricultores y ganaderos; hemos hablado de Presupuestos; del plan de empleo juvenil...
El Gobierno, en cambio, se empeña ahora en reinventar la censura. Eso sí, por detrás y de tapadillo, a través de una disposición en la Ley estrella de la semana, pretendiendo cerrar páginas Web sin intervención judicial y a criterio de una Comisión de la Propiedad Intelectual.
¿Rectificarán?
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Las derechas somos demasiado moderados si fuera al reves ya verias las huelgas y piquetes que habrian por todo y todos los dias ,pero el pp se pasa de suave y va consientendo toda clase de fechorias de ZP y Cia.
ResponderEliminarlo importante és que el Rey del pollo frito (Ramoncín) y sus coleguis estén protegidos y se puedan comprar un palacete para su sede. Ahora bien, proteger el campo valenciano no, nosotros a tirar las naranjas y los limones, los nísperos cada vez valen menos, claro a los agricultores ni agua pero los superbeneficios de la SGAE que cobra 7 veces por el mismo concepto, a blindarlos. Debe ser los agricultores no formamos parte de la economía de este país los otros sí.
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